Astrónoma + Mujer + Eclipses = Bruja
En la antigua Grecia a las mujeres que vivieron en Tesalia entre los siglos III y I
a. C., se las llamó: Las Brujas de Tesalia.
Todo se debe a una mujer: Tesalia de Aglaonice, se cree que éste era su apodo, ya que significa “victoria de la luz”, revelando el carácter mágico y sobrenatural que se le adjudicaba.
En Tesalia las sacerdotisas eran vistas como aquellas que recurrían a artes sobrenaturales y se vinculaban directamente con Hécate, Diosa primitiva originaria de Anatolia, protectora de la hechicería.
Aglaonice, suma Sacerdotisa, recibía de la mismísima Hécate la capacidad de hacer que el sol y la luna se encendiesen o apagasen a su voluntad: Los ECLIPSES.
Pero la historia de Aglaonice está relacionada con el hecho de ser mujer.
Su padre consintió que estudiara Astronomía en una cultura donde estaba vedado ese derecho a las mujeres. Ella realizó un viaje a la Mesopotamia donde aprendió a descifrar la escritura cuneiforme y a entender los saros/ciclos lunares, que constaban de 6.585,32 días: 18 años, 11 días y 8 horas. Cada ciclo de saros contenía 84 eclipses de los que la mitad eran de sol y la mitad de luna. Trajo a su tierra algunas de las tablillas que habían escrito los sabios babilonios y son indicio que ese viaje existió.
Por lo tanto no era un don, sino la instrucción que ella había recibido. Pero, al ser la griega, una sociedad patriarcal donde las mujeres no tenía posibilidad de estudiar e instruirse, para las gentes del lugar sólo era una bruja que engañaba a las mujeres y esto se hizo extensivo a todas las sacerdotisas de Tesalia.
Imaginen lo que significaba para el poder patriarcal que una mujer pudiera con exactitud matemática cuándo se produciría un eclipse.
A ver que decían “los sabios de entonces”…
Escribe Platón poniendo en boca de Sócrates: “Pero sí hay que temer, querido amigo, que no nos ocurra, lo que se dice que sucede a las mujeres de Tesalia cuando hacen descender la Luna(…) También Aristófanes en su obra Las Nubes, dice: “Si, comprando una hechicera de Tesalia la hace desaparecer (a la luna) con cantos mágicos y, así pues, es engañosa la bajada de Selene del cielo”.
En la Grecia antigua, que la mujeres pudieran igualar o superar en sabiduría – o en habilidad - a los hombres sólo podía explicarse recurriendo a la hechicería, de ahí que se hiciera común un dicho popular: “Como la luna obedece a Aglaonice”.
Y una vez más se demuestra como las mujeres sabias, eran consideradas brujas.
Aglaonice, una desconocida para la mayoría de nosotras, pudo seguir su pasión por el firmamento, dedicar su vida a Hécate y potenciar a través del estudio y la perseverancia sus dones y talentos y brillar haciendo lo más le gustaba.
Fuentes:
-Sarah B. Pomeroy, Diosas, rameras, esposas y esclavas: mujeres de la antigüedad clásica. Editorial Akal, 3/11/2004.
-Aristófanes, Las nubes. Teatro.
-“Mujeres y matemáticas. La mujer, innovadora en la ciencia. 2013 (pp. 7-8)